Vete lejos
¿Y
sí se enamora de ti qué? ¿Qué va a suceder si se llega a enamorar? ¿Sí esto
que siente se convierte en amor? —Responde— ¿Para qué la quieres ahí?
¿Para qué quieres que sea tu mujer? ¿Para qué la quieres enamorar, qué ganas
con tenerla allí? ¿Y sí ya se enamoró porque
no puede sacarte de su cabeza? Y si ya sucedió ¿Qué sigue? ¡Dile qué
hacer! O es que acaso eres ese karma que… le hará pagar todo lo que le hizo a
aquél.
Creo que ella te ama y ¿Sabes qué? Le
jode la vida, no puede creer que se enamoró de un hombre que no es para ella. Es la mujer más infeliz y tonta en este instante por no tenerte y quiere
irse y te quiere lejos, lejos, lejos, muy lejos de su ser.
Creo que ella te ama y ¿Sabes qué?
A ella la
impresionó la forma en que tomaste lo que comenzó a suceder. La primera vez que
le preguntaste qué es lo que pensaba sobre “ustedes” le revolviste las ideas y, se preguntó —¿nosotros?, ¿cuándo hubo un nosotros?— ¿Por qué, por
qué te comportaste de esa forma con ella?, ¿no te diste cuenta que sólo la
confundiste? Y la confundiste porque es obvio que tú no puedes tener nada con
ella, que no existe un “ustedes”, que no es posible.
¿Por qué no sólo te limitaste a salir con ella y ya? Aún no logra comprender. Quizá fue su error el haberse aventado contigo a sabiendas de todo, pero le gustas, y quiso probar suerte, jamás imaginó que le hicieras sentir algo por ti, nunca creyó que llegaras a moverla como lo haces, nunca pudo decirte que no a nada. No sé si lo notaste pero para ti siempre había un sí, un bueno, un vamos, un hagamos lo que quieras, y siempre con una sonrisa. Y como te lo dijo la última ocasión que salieron, ella podría ser distinta y la inspiras a serlo, pero sabe que no vales la pena.
¿Por qué no sólo te limitaste a salir con ella y ya? Aún no logra comprender. Quizá fue su error el haberse aventado contigo a sabiendas de todo, pero le gustas, y quiso probar suerte, jamás imaginó que le hicieras sentir algo por ti, nunca creyó que llegaras a moverla como lo haces, nunca pudo decirte que no a nada. No sé si lo notaste pero para ti siempre había un sí, un bueno, un vamos, un hagamos lo que quieras, y siempre con una sonrisa. Y como te lo dijo la última ocasión que salieron, ella podría ser distinta y la inspiras a serlo, pero sabe que no vales la pena.
Te
vio y le gustaste y no lo va a negar a estas alturas de la vida, le gustaste
físicamente y aún no sabe por qué, porque no eres guapo. Tienes carácter y presencia, pero guapo no eres.
En algún momento pensó que eras diferente a los demás, porque fuiste como un
sueño.
¿Sabes? Por alguna razón que aún no logra comprender, llegaste justo en el momento en ella había dejado de buscar, llegaste a su vida cuando pensó que se sentía invulnerable y, te felicita, llegaste para demostrarle lo contrario. ¿Por qué la escogiste a ella? —Aún se sigue preguntado— ¿Cómo es que pasó, en qué momento? No se dio cuenta y, te podrá parecer extraño pero, pecó de ingenua contigo, te tuvo en otro concepto, pero no le tomó mucho tiempo saberte. No sé si está en lo correcto pero su conclusión de ti es que: no eres el hombre que aparentas ser, te comportas como el hombre que en realidad no eres, te encierras y te preservas, vas por la vida con una coraza que has creado día a día, porque en realidad todo puede herirte, palabras y sospecha de palabras, miradas, susurros, rumores. Caminas lentamente, sigiloso, a tientas, como quien acaba de perder el único sentido que en verdad valoramos.
¿Sabes? Por alguna razón que aún no logra comprender, llegaste justo en el momento en ella había dejado de buscar, llegaste a su vida cuando pensó que se sentía invulnerable y, te felicita, llegaste para demostrarle lo contrario. ¿Por qué la escogiste a ella? —Aún se sigue preguntado— ¿Cómo es que pasó, en qué momento? No se dio cuenta y, te podrá parecer extraño pero, pecó de ingenua contigo, te tuvo en otro concepto, pero no le tomó mucho tiempo saberte. No sé si está en lo correcto pero su conclusión de ti es que: no eres el hombre que aparentas ser, te comportas como el hombre que en realidad no eres, te encierras y te preservas, vas por la vida con una coraza que has creado día a día, porque en realidad todo puede herirte, palabras y sospecha de palabras, miradas, susurros, rumores. Caminas lentamente, sigiloso, a tientas, como quien acaba de perder el único sentido que en verdad valoramos.
No
eres más que el típico hombre mexicano temeroso de todos, inseguro de sí mismo
y por lo tanto de todo lo que te rodea, intentas alejarte, vives en un burbuja,
has creado una muralla y no por invisible menos impenetrable.
Todo
lo niegas y por ende te niegas a ti mismo. Tu hermetismo no te deja ser como
quisieras, no te deja ver más allá de lo que tuviste y de lo que tienes.
Y
al final de cuentas seguirás siendo el típico hombre mexicano, porque le pones
el cuerno a tu esposa, con una "escuincla"
a la cual sedujiste mostrándote como lo que no eres —un hombre—.
Todo
hubiese sido tan fácil si lo de ustedes se hubiera reducido a sólo tener sexo,
así sin complicaciones, sin tantas flores, sin tanta miel.
¿Cuántas
veces le preguntaste que sí sólo quería sexo contigo? Y nunca te dijo que sí por miedo,
por temor a lo que pensaras. Sí algo aprendió contigo es que no le importa ya
nada de lo que puedan pensar sobre ella, y menos tú. Sí, siempre quiso sólo sexo
contigo, porque es más que evidente que tú no puedes tener otra cosa. No le
impresiona nada de lo que le puedas decir, lo triste fue que nunca te lo dijo
pero, en realidad lo que más la desgasta en todo esto es que jamás lo
aceptaste. Ella insiste en pensar que te niegas y niegas
a los demás.
Y
es ese punto en el firmamento el que siempre nublará tu visión, el que ha creado
ese fuerte impenetrable y el que hizo que alguna vez no creyeras en sus palabras.
El
hombre perfecto es como el que no eres. Sincero y congruente en actos,
pensamiento y oratoria. Si lo has notado no cubres con ese perfil y, dejemos
de lado las banalidades como el ser caballeroso, romántico o respetuoso, todas
esas banalidades se resumen en la congruencia que no posees.
Acuérdate cuando alguna vez le dijiste —no sé si haya sido verdad o no— que no
querías ser como tu padre, por “n”
cantidad de actos, pero no has notado que esos actos los repites.
A
ella tu vida ya no le importa —puedes o no tomar en cuenta lo que ha escrito— al final de cuentas ya te cruzaste en su andar, con trabas y peleas pero se cruzaron y seguramente fue por algo. Pero lo que la
mantiene enojada es, que la hayas obligado a sentir algo por ti cuando tú bien sabes
que no se puede, siempre se negó a la realidad y tú te encargaste de mantenerla
en ella. Ahora ella desea que esto termine.
Siempre quiso que se mantuvieran en un sueño, que no dejaran que lo que tuvieron tocara la realidad porque se destruiría, ¿y qué crees? Que se desplomó. Ella se queda con un lindo sueño que tuvo a tu lado, nada más. No te desea nada porque no lo siente así. Sigue enojada y lo único que espera es que no lo vuelvas a hacer, pero ese ya es tu problema.
Siempre quiso que se mantuvieran en un sueño, que no dejaran que lo que tuvieron tocara la realidad porque se destruiría, ¿y qué crees? Que se desplomó. Ella se queda con un lindo sueño que tuvo a tu lado, nada más. No te desea nada porque no lo siente así. Sigue enojada y lo único que espera es que no lo vuelvas a hacer, pero ese ya es tu problema.
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